Ya no solo uso IA. Ahora la implemento

By Adriana Páez Pino

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Como ingeniera, siempre he buscado entender los sistemas detrás de las herramientas. Y cuando comencé a explorar la inteligencia artificial, lo hice como muchas personas interactuando con ChatGPT desde lo más básico: escribiendo prompts para redactar, resumir o responder ideas complejas. Parecía suficiente. Una maravilla funcional.

Pero en el camino descubrí que eso era solo el inicio.

En esta nueva entrega de Descubriendo la IA en el trabajo, quiero compartir una transición personal y profesional que ha transformado mi forma de interactuar con la tecnología: el paso de los prompts a los agentes. Un salto que no es solo técnico, sino mental, estratégico y hasta emocional.

Hoy, gracias a la exploración con herramientas como n8n, Lovable, Supabase y la integración con plataformas como Telegram, he iniciado a construir agentes que no solo me responden, sino que colaboran activamente conmigo: leen mis correos, organizan mis notas, agendan tareas y me ayudan a actuar con más agilidad y menos fricción.

Y todo esto no ha sucedido desde una torre de marfil académica, ni en una gran empresa de tecnología. Ha sido un proceso real, cotidiano, lleno de prueba y error, que se ha nutrido de comunidades como #LAB10, donde profesionales de diferentes campos estamos aprendiendo de la IA con intención.

Este blog no es una guía técnica. Es una mirada honesta sobre lo que implica dar el salto hacia una forma más avanzada y colaborativa de trabajar con inteligencia artificial. Una invitación a repensar el rol de quienes usamos IA en el trabajo: ya no solo como usuarios ...sino como diseñadores de experiencias inteligentes.

El cambio de enfoque: de prompts a agentes

Durante mucho tiempo se pensó que la clave para trabajar con inteligencia artificial estaba en saber redactar buenos prompts. Y sí, un buen prompt puede marcar la diferencia entre una respuesta superficial y una solución valiosa.Pero pronto entendí que eso era solo el inicio.

La verdadera evolución comenzó cuando descubrí que no se trataba solo de hacer preguntas… sino de diseñar procesos completos de interacción

con la IA.

Es ahí donde aparecen los agentes: sistemas que no esperan una instrucción puntual, sino que pueden interactuar con múltiples fuentes de información, tomar decisiones y ejecutar tareas por sí mismos. Y lo mejor: sin necesidad de programar una sola línea de código.

Hoy, por ejemplo, estoy aplicando esta lógica en mi proyecto de libro. A través de Lovable, he logrado crear un agente que guía a las personas en una autoevaluación basada en mi metodología. El sistema no solo recoge las respuestas, sino que las analiza, genera gráficas en tiempo real y entrega recomendaciones personalizadas según la clasificación obtenida. Todo eso, sin intervención manual. Solo diseño, conexión e intención.

Esta nueva forma de interactuar con la IA no solo me ha dado eficiencia. Me ha devuelto algo aún más valioso: la capacidad de aprender todos los días. Porque cada agente que configuro es una oportunidad para pensar en lógica, estructura, propósito… y también en experiencia humana.

Y ha sido desde ese proceso de aprendizaje, de prueba y ajuste, que nació también @IAvanza: un espacio para compartir, enseñar y crecer junto a otras personas que quieren entender la inteligencia artificial sin tener que ser expertas en código.

¿Qué implica trabajar con agentes?

Trabajar con agentes no es solo una cuestión de herramientas. Es una forma distinta de pensar el trabajo, el tiempo y la interacción con la tecnología.

Cuando empecé a usar agentes, me di cuenta de que ya no se trataba simplemente de recibir una respuesta útil, sino de construir un sistema que interactúe conmigo y por mí. Un sistema que recopila datos, los analiza, toma decisiones y actúa de forma autónoma… pero bajo un marco que yo misma voy diseñando.

Esto me llevó a cambiar varias cosas en mi forma de trabajar:

🔹 Empecé a ver mis procesos como flujos, no como tareas sueltas. 🔹 Entendí que podía externalizar decisiones repetitivas y enfocarme en lo que realmente requiere criterio humano. 🔹 Aprendí que la inteligencia artificial no reemplaza la intuición, pero sí potencia la organización, el orden y la eficiencia.

Además, este enfoque me enseñó algo fundamental: trabajar con IA no es ceder el control, es diseñar la colaboración.

Hoy pienso cada herramienta no como un fin, sino como una extensión de mis ideas, mis sistemas y mi forma de tomar decisiones.

Y aunque el salto pueda parecer complejo al inicio, en realidad es un proceso gradual. Una vez se entienden los componentes (inputs, lógica, conexiones, resultados), la creatividad toma el control. Ya no se trata de solo probar lo que otras personas han hecho. Se trata de imaginar, conectar y adaptar según mis propias necesidades profesionales.

Pensar en procesos, no en herramientas

Una de las enseñanzas más valiosas que me llevo de espacios como LAB10 es que trabajar con inteligencia artificial

no se trata de saber usar muchas herramientas, sino de saber cómo estructurar una idea para que la tecnología tenga sentido.

Esta manera de pensar me permite avanzar con claridad, incluso cuando aún no conozco del todo la herramienta.Porque cuando el proceso está claro, la tecnología deja de ser un obstáculo y se convierte en un aliado.


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¿Y cómo luce esto en la práctica?

Este es uno de los flujos que he construido con n8n. Desde un mensaje en Telegram, el agente puede:

  • Leer y clasificar correos (Gmail y Outlook)
  • Crear y consultar eventos en Google Calendar
  • Generar hojas de cálculo automáticamente
  • Enviar respuestas
  • Y todo esto sin necesidad de programar

Diseñado desde la lógica, no desde el código.

Durante mucho tiempo, al enfrentarme a nuevas plataformas o flujos, mi foco estaba en qué herramienta servía para qué. Pero en este proceso descubrí algo más potente: lo más importante no es qué usar, sino para qué y cómo usarlo.

Hoy, antes de diseñar cualquier flujo con agentes, empiezo siempre por esta estructura mental simple pero poderosa:

📌 ¿Qué quiero buscar o resolver?

📌 ¿Cómo lo voy a hacer, paso a paso?

📌 ¿Qué resultado espero obtener?

Esta manera de pensar me permite avanzar con claridad, incluso cuando aún no conozco del todo la herramienta. Porque cuando el proceso está claro, la tecnología deja de ser un obstáculo y se convierte en un aliado.

Ese cambio de enfoque más allá del dominio técnico es lo que me ha permitido pasar de ser usuaria de IA a construir soluciones adaptadas a lo que realmente necesito.

🔚 Trabajar con IA también es una forma de liderar

La inteligencia artificial ya no es una herramienta del futuro. Es parte del presente y está transformando silenciosamente la manera en que se organiza el trabajo, se toman decisiones y se resuelven tareas.

Dar el salto de escribir prompts a diseñar agentes no se trata solo de tecnología. Es un cambio en la forma de pensar, de estructurar, de relacionarse con lo digital desde la intención.

Trabajar con IA de manera colaborativa no requiere saberlo todo. Requiere claridad, curiosidad, y sobre todo, el deseo de usar la tecnología para diseñar mejores formas de trabajar, aprender y vivir.

Estoy explorando lo que significa trabajar con agentes, y cada paso me sorprende.

He logrado automatizar tareas que antes me parecían imposibles, y sigo aprendiendo todos los días.

👉 Si también estás empezando este camino, o te interesa entender cómo hacerlo sin saber programar, podemos compartir experiencias. Estoy construyendo ideas, contenidos y espacios para acompañar este proceso desde lo simple, lo práctico y lo real.

📥 Me encantaría saber qué te gustaría automatizar, o qué barreras has tenido para comenzar.

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