Marzo: Más que un Día, una Historia en Construcción
Marzo: Más que un Día, una Historia en Construcción
By Adriana Páez Pino

Marzo siempre ha sido un mes especial para mí. No solo porque el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, sino porque también es el mes en el que celebro mi propia vida.
Y este año ha sido aún más especial: después de nueve años, pude celebrar mi cumpleaños con mi hija en casa. Compartir este momento con ella ha sido un regalo que me ha llenado el corazón.
Cada semana en mi blog Descubriendo la IA en el Trabajo, reflexiono sobre cómo la inteligencia artificial está transformando nuestro mundo laboral y cómo podemos aprovecharla en nuestro crecimiento profesional.
Pero hoy quiero detenerme en otro tipo de reflexión, una más personal.
¿Por qué solo un día?
Cuando llega el 8 de marzo, siempre me pregunto: ¿por qué nos recuerdan solo un día?
No es que no valore la conmemoración, al contrario. Sé que es una fecha cargada de historia, de lucha y de voces que han exigido lo que por derecho nos corresponde.
Pero, con el tiempo, he llegado a preguntarme si realmente estamos avanzando cuando todavía necesitamos un día en el calendario para visibilizar lo que debería ser parte de nuestra cotidianidad: el reconocimiento de las mujeres en todos los ámbitos, todos los días.
Para mí, marzo no es solo un día de discursos, sino un mes para reafirmar quién soy, lo que he construido y lo que sigo buscando.
Es un mes de celebrar la vida, de agradecer por cada oportunidad, pero también de seguir cuestionando y desafiando lo que aún falta por hacer.
Ser mujer: resistencia, valentía y construcción
Siempre he sentido que ser mujer es un acto de resistencia, de valentía y de construcción constante.
No importa en qué etapa de la vida estemos ni el camino que hayamos elegido, siempre hay desafíos que nos ponen a prueba.
Lo veo en mi propia trayectoria, en las mujeres con las que trabajo, en mis amigas, en mi hija. Cada una con sus propias batallas, pero todas con algo en común: la determinación de seguir adelante.
En mi caso, ser ingeniera no ha sido solo una profesión, ha sido una declaración de autonomía y de perseverancia.
Durante años ocupé espacios en los que las mujeres éramos minoría. Como decana de Ingeniería, la mayoría de las personas a mi cargo eran hombres.
Y aunque mi trayectoria y capacidades me respaldaban, siempre sentí que debía demostrar por qué estaba ahí. No por cumplir una cuota, no por factores externos, sino porque tenía la preparación y el conocimiento para liderar.
Con el tiempo, comprendí que había vivido una violencia silenciosa.
Esa que no se ve ni se denuncia, pero que se siente en cada mirada que cuestiona tu presencia, en cada obstáculo innecesario, en cada intento de hacerte dudar de tu propio valor.
Fue esta misma experiencia la que me llevó, junto con @Roberto Giordano, a impulsar los libros de Matilda y las mujeres en Ingeniería, que más tarde evolucionaron en la Cátedra Matilda.
Queríamos mostrar que las mujeres en ingeniería no éramos una excepción. Éramos profesionales normales, con familia, con sueños, con la capacidad de aportar y transformar este mundo, superando barreras de toda índole.
Una historia que se repite
Tal vez esa fuerza viene de mucho antes, de mujeres como mi abuela, quien vivió la violencia y la persecución solo por ser la esposa de un político.
Una historia que marcó su vida y la de su familia, y que me recuerda que ser mujer también ha significado, en muchos momentos de la historia, vivir con miedo y enfrentarse a injusticias solo por existir.
Pero también ha significado resiliencia, la capacidad de reconstruirse una y otra vez sin perder la dignidad ni la esperanza.
Y ahora, veo a mi hija y pienso en todo lo que ha cambiado el mundo… y en lo que aún falta.
Desde pequeña quiso ser ingeniera, como yo. Pero en su camino, una Coach la hizo cambiar su elección y finalmente tomó otro rumbo.
No puedo evitar preguntarme qué habría pasado si en vez de desalentarla, la hubieran impulsado a creer en su capacidad para asumir cualquier desafío, en cualquier profesión.
La forma en que se construyen las oportunidades para las mujeres sigue estando llena de barreras invisibles que comienzan desde la orientación que recibimos sobre lo que “se espera” de nosotras.
Más que un recordatorio, un llamado a la acción
Por eso me cuesta pensar en el 8 de marzo como un día de celebración y ya está.
Para mí, es más bien un recordatorio de lo que hemos logrado, pero también de lo que aún falta. De las mujeres que vinieron antes que nosotras y de las que vendrán después.
Un recordatorio de que el verdadero cambio no ocurre en un solo día, sino en cada acción, en cada decisión y en cada espacio que abrimos para otras mujeres.
Este año, mientras soplaba las velas de mi torta de cumpleaños rodeada de amor, pensé en todo lo que significa marzo para mí.
En la importancia de seguir creando oportunidades, de alzar la voz, de no conformarnos con lo que ya se ha conseguido.
Porque aún queda mucho por hacer.
Y lo mejor de todo es que no estamos solas en este camino.
Ahora te pregunto: ¿qué estás haciendo tú?
No quiero que el 8 de marzo sea solo una fecha en el calendario.
Quiero que sea un punto de partida para conversaciones más profundas, para decisiones más valientes y para cambios que realmente trasciendan.
Porque no basta con conmemorar, hay que actuar.
Cada una de nosotras tiene una historia que contar, un camino recorrido y otro por construir.
Lo importante es que no lo hagamos solas. Que nos apoyemos, que abramos espacios, que cuestionemos lo que nos limita y que celebremos lo que nos fortalece.
Marzo siempre será un mes especial para mí, porque me recuerda quién soy, de dónde vengo y hacia dónde quiero ir.
Y este año, después de celebrar mi cumpleaños en casa con mi hija, reafirmo lo que siempre he creído:
Somos protagonistas de nuestras propias vidas. No necesitamos permiso para brillar.
Pero más allá de lo que significa para mí, quiero dejarte una pregunta:
¿Qué estás haciendo tú, hoy, por ti y por las mujeres a tu alrededor?
¿Acompañas y apoyas a una hija, una sobrina, una compañera de trabajo en sus sueños y aspiraciones?
¿Cuándo te piden una recomendación para un trabajo, piensas en una mujer que pueda ocupar ese espacio?
¿Reconoces el trabajo de tus colegas y elevas su voz?
¿Denuncias cuando ves injusticias o desigualdades?
¿Te aseguras de que no estás repitiendo los mismos sesgos que nos han limitado por tanto tiempo?
El cambio no ocurre solo con discursos o fechas conmemorativas.
Sigamos haciendo de cada día una oportunidad para demostrar lo que podemos lograr.
💜 No solo en marzo. Siempre.
#8M #DíaDeLaMujer #MujeresQueInspiran #EquidadDeGénero #MujeresEnIngeniería #CátedraMatilda #LiderazgoFemenino #DescubriendoLaIAEnElTrabajo #IAvanza #adrianapaezpino