La IA, el Nuevo Caballo Desbocado!
La IA, el Nuevo Caballo Desbocado!
Por Juanita Bell

Yo tenía unos 15 años. Después del colegio, como muchas tardes, iba a montar a caballo a una escuela de equitación en Bogotá que se llamaba Suralá. Era mi deporte favorito desde los seis años, y esa rutina era mi refugio. Me sentía fuerte, libre, en control.
Una tarde lluviosa lo cambió todo. Estaba sola en la pista cuando, de repente, mi caballo se desbocó. Recuerdo con claridad el sonido del caos, el golpeteo contra el barro, mis nervios paralizados, la impotencia absoluta. Recuerdo a los parafreneros (los que cuidan los caballos en las escuelas de equitación) entrando a la pista corriendo, tratando de atajar al caballo. Por más que intenté controlarlo, el caballo no respondía. Finalmente, me lanzó al suelo. Pasé días llena de morados, dolores y miedo. Lo peor no fueron los golpes, sino el terror que me quedó. Durante semanas —quizás meses— no pude volver a montarme. Hasta que un día, mi profesor, el Sargento Pérez, me obligó —con apoyo y firmeza— a volver a subirme. Acompañó cada uno de mis movimientos en el mismo caballo que me botó, caminó a mi lado y me recordó quién era la que mandaba sobre el caballo. Poco a poco, entre el miedo y la práctica, recuperé la seguridad. Volví a montar. Aprendí. Pero nunca olvidé esa sensación de perder el control.
Hoy, décadas después, me encuentro pensando en aquella escena, en una conferencia de inteligencia artificial. Porque esa misma sensación vuelve: la velocidad que no controlamos, el poder que se nos escapa de las manos, el riesgo de caer si no aprendemos a guiar.
La IA es ese caballo desbocado. La diferencia es que ahora no estoy sola en la pista. Estamos todos. Y esta vez no se trata solo de superar el miedo individual, sino de tomar las riendas como sociedad.
Tenemos que actuar como ese profesor: acompañar, guiar, enseñar a montar. Porque si no lo hacemos, no solo caeremos... perderemos la oportunidad de aprender a cabalgar este nuevo mundo con seguridad, visión y propósito.
La inteligencia artificial no está llegando… ya está aquí y hace un buen tiempo; lo que pasa es que se ha democratizado y todos tenemos acceso a esta con un CLIC. Y no camina, galopa frenéticamente. Corre más rápido de lo que la mayoría puede comprender, y muchos ni siquiera se han dado cuenta de que la están cabalgando. El planeta entero parece estar montado sobre un caballo desbocado, aferrado a unas riendas que apenas entiende cómo usar.
Y les cuento todo esto, porque hoy tuve la oportunidad de asistir virtualmente a la conferencia titulada: "Navigating the Intersection of Cybersecurity and AI: A Policy Dialogue for Latin America and the Caribbean" (1 de abril de 2025), organizado por la Organización de los Estados Americanos (OEA), el CICTE, la sección de Ciberseguridad de la OEA y el Global Cyber Security Capacity Centre de la Universidad de Oxford. Este evento fue un espacio de diálogo fundamental para comprender los desafíos que enfrenta nuestra región al integrar la inteligencia artificial en sus sistemas, al tiempo que se protege frente a amenazas cibernéticas cada vez más sofisticadas.
La conferencia presentó herramientas clave como la nueva Métrica de Preparación en Ciberseguridad de la IA, y los informes "AI and Cybersecurity: Balancing Risks and Rewards" y "Unpacking Cyber Resilience", desarrollados en colaboración con el Foro Económico Mundial. Su objetivo fue claro: ofrecer a los responsables de política pública recursos prácticos y análisis de vanguardia para diseñar estrategias integradas que aprovechen el potencial de la IA sin perder de vista las salvaguardas necesarias frente a amenazas digitales.
Fue un esfuerzo extraordinario y profundamente inspirador. Por primera vez, estamos viendo cómo se comienzan a establecer a gran escala los marcos de gobernanza para la IA, especialmente pensados para nuestros países latinoamericanos, que tanto queremos. Pero estos avances, aunque fundamentales, son apenas los primeros peldaños.
Nos toca ahora arremangarnos todos las mangas y mantenernos informados. Porque tanto tú, que estás leyendo este artículo, como yo, que lo escribo, compartimos la misma inquietud: ¿Estamos realmente guiando esta fuerza o simplemente tratando de no caer en el intento?
Sí, intentamos mantener el control, pero hay mucho camino por recorrer y mucho que implementar. Los gobiernos y las instituciones responsables del tema deben involucrarse con urgencia, con acciones claras, contundentes y oportunas para contener el desboque de la IA antes de que nos arrastre por completo.Cada avance, cada herramienta, cada algoritmo que se despliega sin reflexión ni rumbo definido, incrementa la velocidad de una carrera que aún no tiene una meta clara... ni un mapa final consensuado.
Este no es un artículo sobre tecnología. Es una invitación urgente a despertar, reflexionar y asumir el rol que como humanidad nos corresponde: no el de espectadores, sino el de jinetes conscientes.
A continuación les hago un resumen tímido de lo que aprendí en la conferencia de hoy:
IA y ciberseguridad: el nuevo campo de batalla digital
Un reciente informe conjunto de la Universidad de Oxford y la Organización de los Estados Americanos (OEA) revela una realidad ineludible: en América Latina y el Caribe, la adopción acelerada de la inteligencia artificial no solo abre oportunidades para el desarrollo, sino también vulnerabilidades críticas en el entorno digital.
El documento identifica un riesgo creciente de ataques sofisticados impulsados por IA maliciosa: ciberataques automatizados, phishing hiperpersonalizado, malware adaptativo y manipulación de datos. A esto se suma el peligro del "envenenamiento de datos" (data poisoning), que puede comprometer la integridad de los algoritmos y desencadenar fallos sistémicos.
Y aquí es donde la alarma suena más fuerte: aunque el 66% de las organizaciones de la región reconoce que la IA impactará fuertemente la ciberseguridad, solo el 37% ha implementado procesos para evaluar la seguridad de sus sistemas antes de su despliegue.
La otra brecha: la gobernanza
No se trata solo de amenazas tecnológicas. La ausencia de marcos normativos claros, lineamientos éticos y estructuras de gobernanza en muchos países latinoamericanos expone a la región a un uso inconsistente, descontrolado o incluso abusivo de la inteligencia artificial.
Sin políticas públicas coherentes, podríamos enfrentar un escenario de vulneración a la privacidad, sesgos algorítmicos no regulados, y ciberamenazas transfronterizas sin capacidad de respuesta.
Propuestas concretas: de la teoría a la acción
El informe propone un conjunto de estrategias urgentes para que los gobiernos de la región avancen hacia una IA segura:
Estrategias nacionales integrales: seguridad desde el diseño en todos los proyectos de IA.
Colaboración multiactor: gobiernos, sector privado, academia y sociedad civil deben compartir información sobre amenazas y buenas prácticas.
Armonización regional: crear marcos comunes de actuación entre países miembros de la OEA.
Métrica de Preparación de Ciberseguridad de la IA: una herramienta de autoevaluación nacional para detectar brechas y priorizar inversiones.
Enfoque regulatorio basado en riesgos: regulación flexible pero firme para sectores sensibles y críticos.
Resiliencia como prioridad
El informe deja clara una verdad incómoda pero necesaria: no podemos prevenir todos los ataques. Pero sí podemos desarrollar la capacidad de responder rápidamente, recuperarnos y minimizar el impacto de cada incidente. Eso es resiliencia cibernética.
Estamos en un punto de no retorno. La IA no es un lujo ni una moda: es parte del presente. Pero su adopción sin control puede convertirse en una amenaza tan grande como las que promete resolver.
La pregunta ya no es si estamos preparados para usar la inteligencia artificial. La pregunta es si estamos preparados para controlarla.
Conclusión: La inteligencia artificial ya está en marcha. ¿Tomamos las riendas o nos dejamos arrastrar?
La inteligencia artificial ya no es una promesa futura: es una fuerza presente, dinámica y profundamente transformadora que atraviesa nuestras instituciones, economías y decisiones. Se mueve con la rapidez de un caballo desbocado, y no espera a que estemos listos.
¿Queremos ser protagonistas del cambio o simples espectadores de sus consecuencias?
No basta con admirar el poder de la inteligencia artificial ni con quedarnos inmóviles ante sus riesgos. Es urgente actuar con responsabilidad, trazar un equilibrio real entre innovación y protección, y exigir a nuestros gobiernos e instituciones acciones concretas y sostenibles para liderar esta nueva era tecnológica.
No podemos permitir que este debate se limite a ejercicios filosóficos brillantes ni a documentos técnicos que circulen sin impacto entre escritorios oficiales. La transformación exige voluntad política, liderazgo claro y decisiones que se traduzcan en políticas reales, no solo en declaraciones bien escritas. ¡Hay que implementar ya!
Porque si no definimos hoy el rumbo de la inteligencia artificial, mañana será ella quien defina el nuestro.
Estamos a tiempo de controlar esa bestia 🐴. Tenemos gente dura en el tema, gente preparada con mucho conocimiento, herramientas, y las alianzas entre instituciones pensantes y gobiernos. Lo que necesitamos es una voluntad colectiva —informada, estratégica y valiente— para asumir el liderazgo y no soltar las riendas del futuro que ya está en curso.
👉 Si te interesa profundizar en este tema, puedes consultar el informe completo en el siguiente enlace oficial: https://www.weforum.org/stories/2025/01/a-leaders-guide-to-managing-cyber-risks-from-ai-adoption/
Un saludo muy cordial para todos.
Juanita Bell